Sebastián Pérez Gallardo, de 29 años, responde perfectamente
a ese perfil de joven sobre cualificados que encontramos actualmente en España.
Jóvenes preparados a la espera de esa gran oportunidad de trabajo. Hemos hablado con él con motivo de la experiencia que pudo vivir como universitario en país vecino, Francia.
Este joven, natural de Hinojosa del Duque, estudió Ciencias Políticas y de la Administración en la Universidad de
Granada. Una vez finalizados sus estudios accedió al Master en Cultura de Paz,
Conflictos, Educación y Derechos Humanos de la Universidad de Córdoba, además de complementar su
formación en materia de Comercio Exterior.
Sebastián disfrutó de unas Erasmus prácticas cuyo destino
fue Perpiñan, una ciudad en el sudeste francés, capital del departamento de los Pirineos
Orientales. Alrededor de 120 925 habitantes forman la población total municipal
oficial y más de 300.000 en el área metropolitana, lo que la convierte en la
segunda ciudad por población de la región de Languedoc-Rosellón tras Montpellier y por delante de Nimes.
Sebastián se encontraba finalizando el master y sólo le
faltaba llevar a cabo la correspondiente parte práctica. Por ello, se le
ocurrió que era una estupenda posibilidad para adquirir experiencia internacional
el realizar las prácticas fuera. Así, contactó con el área internacional de la
Universidad de Córdoba y la dirección del Master para acogerse al programa de la
beca Erasmus prácticas. De esta forma, partió a Francia a realizar sus
prácticas en le Centre de Recherches Historiques sur les Sociétés
Méditerranéennes (CRHISM) de la Université de Perpignan.
El balance de la experiencia: muy positiva. Según nuestro
protagonista, para quien los aspectos positivos superan con creces a los
negativos
“Los aspectos positivos son innumerables, desde el
aprendizaje del idioma, el aumento de contacto de redes profesionales, las
propias prácticas, experiencia profesional e investigadora…En el aspecto
negativo destacaría el limitado tiempo de estancia como de dotación económica,
así como la falta de una mayor planificación del periodo práctico”, nos confeso
en nuestra charla con él.
Por otra parte, estaban los retos y dificultades presentadas
en el lugar de destino. Sebastián afirma que lógicamente, “el mayor reto y
dificultad es la capacidad de comunicación; un conocimiento previo del idioma y
el interés por aprender, facilitan mucho
la estancia”.
Cuestionado por el sistema
de trabajo o rutina laboral seguida en Perpiñán nos explicó que, por ejemplo “los
horarios son diferentes a los de España,
ya que la jornada laboral en Francia es en muchos casos de 35 horas semanales,
por lo que para numerosas personas el jueves es el último día de trabajo o sino
el miércoles se considera día de descanso, sumados al sábado y domingo; la
jornada laboral comienza normalmente sobre las 8 de la mañana, parando sobre
las 11.30-12 hasta las 2 de la tarde para almorzar a mediodía y continuar hasta aproximadamente
las 5 o 6 de la tarde; la cena está establecida
sobre las 8 de la tarde”.
Mientras que sobre la forma de vida de la región nos relata que, a pesar de ser
una zona fronteriza con España, “los ritmos de vida son muy diferentes, desde
los horarios anteriormente explicados hasta las costumbres, la alimentación, el
ocio, las relaciones sociales…”.
“El nivel de vida de manera general es más alto que en
España, con mayor capacidad económica de las familias”. Confiesa que el Estado dota
a sus ciudadanos de un importante número de garantías sociales y económicas,
por lo que la seguridad laboral y financiera es mayor. En cuanto a los jóvenes,
universitarios o no, afirma que se independizan con mayor prontitud que en España. “Salir a
cenar, el consumo en bares y pubs supone un alto coste económico, pero eso no
es impedimento para que los/as franceses/as puedan divertirse de forma
alternativa con cenas y fiestas en sus propias casas, dejando el viejo tópico
de que los/as franceses/as son gente muy serio/a”, aclara.
Asimismo, Sebastián lanzó un consejo a aquellos que están
dudando en irse al extranjero en concreto y a las universitarios en general: “Creo
que es toda una gran suerte el poder ‘salir ‘ al extranjero; algo fundamental para la formación académica
y profesional y enriquecedor en lo personal;
el vivir en otro país es adquirir una nueva perspectiva de nuestra vida
en todos los ámbitos de la misma”.
A su parecer y según el trato que recibió en el exterior,
los universitarios españoles son evaluados positivamente, asegura que “los profesores e investigadores
tiene tienen una visión de nosotros muy apegada a la alta cualificación y
profesionalidad”.
Sobre el ‘tema crisis’ también pudimos hablar con nuestro
protagonista, quien comenta que “lamentablemente la visión francesa de la
situación económica española es muy negativa; se ve con preocupación el futuro
del país y las relaciones hispano-francesas han sido históricamente muy
intensas, con mucha fuerza en la región del Languedoc- Roussillon, habiendo
numerosos españoles y descendientes que se exiliaron y emigraron hasta allí”.
En relación con sus expectativas de futuro y la
posible opción de volver a Perpiñán, Sebastián afirma que sería “muy atrevido
poder explicar con claridad” sus planes para el futuro ante la difícil situación
que se viven en nuestro país, pero a
pesar de ello, considera que está
intentando poder encaminar su futuro por el campo investigador y académico y,
por ello, no descarta el volver a Francia si tuviese una buena oportunidad, el
idioma y la experiencia cree que pueden ser un factor positivo para ello.
Muchísimas gracias Sebastián por tu colaboración y mucha suerte para tus futuros proyectos.
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